top of page

¿cómo lidio con este pecado?

  • Foto del escritor: INFLUENTE
    INFLUENTE
  • 19 oct 2019
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 11 dic 2022



Lidiar con las tentaciones de este mundo...


Definitivamente es algo difícil, se podría decir que es hasta imposible si hablamos de que vivimos en este mundo y estamos rodeados de tentaciones cada día y cada segundo, es imposible para el hombre, pero para Dios no lo es.


Muchos no se acercan a las congregaciones porque creen que al entrar se sentirán juzgados, y ellos mismos se sienten muy sucios como para acercarse a Dios y si, es un gran problema, pero como siempre Dios nos da la salida.


Ya sea que seas adicto a la pornografía, al alcohol o a las mentiras para Dios todos son iguales, todos son pecados, y a ningún pecado le agrada a Dios.

pero la pregunta es

¿cómo puedo dejar de ser consumido por esto?


Como dije antes al pecar, la culpabilidad nos llena y nos sentimos sucios e indignos, de siquiera entrar a la iglesia y si, todos somos culpables e indignos de perdón, pero la buena noticia es que desde hace muchos años existe algo llamado gracia divina.


¿Que es la gracia de Dios?

misericordia inmerecida de Dios hacia el pecador.


cuando aceptamos a Cristo como Señor y Salvador y nos ARREPENTIMOS se nos da la gracia, antes vivíamos por ley, pero al aceptar a Cristo la gracia de Dios nos perdona, pero por un precio, gracias a la sangre de Jesús.


esta gracia no tiene límites, la gracia de Dios siempre es suficiente, cada mañana hay gracia suficiente, es decir, como pecamos a diario tenemos gracia para cada día, esto no quiere decir que Dios nos va a estar perdonando y perdonando y perdonando como un juego, aprovechándonos de la gracia.

Romanos 6:1-14 DHH94I

¿Qué diremos entonces? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso? ¡Claro que no! Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado; ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado? ¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siempre respecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús. Por lo tanto, no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo. No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario, entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entréguenle su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él. Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues no están sujetos a la ley sino a la bondad de Dios.


Supongamos que eres adicto a la pornografía, y cada día dices que hoy no lo harás, pero al final del día lo haces, y al día siguiente de verdad no quieres caer y caes, y te la pasas orando y orando para ser libre de eso, pero sigues y sigues y te frustras, te sientes culpable y piensas: 'no puedo seguir prometiendo y prometiendo sabiendo que voy a caer, así que mejor dejo de prometer, ya sabré que no podre dejar esto' y dejas a Dios a un lado, y te apartas y te sientes tan sucio y pecador que no puedes ni hacer una oración...

la iglesia es para los enfermos no para los sanos.

y es que en realidad todos venimos enfermos a Dios y con muchos síntomas, pero a lo largo del camino el nos sana.


El dominio propio no viene por sí solo, el dominio propio se cultiva, a través del Espíritu Santo que vive en nosotros.


Gálatas 5:22-23

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.


Muchas veces me sentía tan sucia que no era capaz de acercarme, pedía tanto perdón y tanto caía, hasta que un día dejó de suceder, un día pedí perdón y lo deje, no entendía como lo deje así no más, ya no tenía ganas, ya no me resultaba atractivo ese pecado, hasta unos años después que pensaba que estaba sobre la roca resulta que no, estaba sobre la arena y me hundí, me sentí terrible. me di cuenta que nunca terminamos de entender la gracia y al haber experimentado el amor de mi Padre sabría que podía volver una vez más, y él con los brazos abiertos me recibió y me perdono.


Con nuestras convicciones, y el redargüir del Espíritu Santo podemos arrepentirnos, volver a la cruz y dejar todo allí, entendiendo lo imperfecto que somos y la necesidad que tenemos de él, no solo un día, sino cada día de nuestras vidas.


Para dejar algo que de verdad queremos dejar debemos comprometernos, y un compromiso se hace o se debería hacer con dos personas, tú y Dios, y como todo compromiso hay cosas que se hacen para mantener ese compromiso, como leer la biblia diariamente, es decir, no solo hablar sino escuchar a Dios, orar y meditar en Dios como una relación normal, podemos pedir consejo a nuestro pastor, líder, o a personas que sabemos que nos pueden ayudar y a Dios por supuesto, no podemos dejar de hablar con el Señor.


La idea es que podamos acercarnos a Dios y pedirle las respuestas, la ayuda y la fuerza.


Si sabes que vienen esos pensamientos cuando estás solo, que es cuando más vienen las tentaciones, con tu base ya hecha y tu convicción bien puesta sobre la roca, que es Dios, caerás cada vez menos hasta un día que lo dejaras, y no te hundirás, sino que pasarás por encima de la tentación y la aplastaras porque tienes la convicción en tu alma y en tu corazón, porque te has puesto a conocer más a Dios en tu intimidad y conocer sus respuestas, sus soluciones.


Satanas vino a engañarnos, y si le creemos sus mentiras perdemos, cuando vengan esos pensamientos, dudas que nos incitan a pecar, que podamos responder con la palabra de Dios, que es la verdad y nuestra defensa ante las asechanzas del enemigo.


Y si caes la idea es no alejarse como muchos, que no han entendido el amor infinito de nuestro Dios y la gracia tan pero tan grande que se nos dio.


Sino aprovechar que estás en el suelo y pedir de rodillas perdón, y si estas realmente arrepentido la gracia llegará a ti, te tomará y te quitará el polvo, las manchas de tu pecado y las hundirá en el fondo del mar.

Cuando Adán y Eva pecaron lo primero que hicieron fue esconderse, porque sabían que habían hecho algo que no debían, y estaban avergonzados, nosotros al imaginar esto tal vez digamos... se escondieron como si Dios no supieran dónde estaban, pero realmente nosotros en estos días, nosotros también nos escondemos y huimos cuando le fallamos a Dios, y si nos viéramos como en una película y fuéramos los protagonistas y estuviéramos viéndonos a nosotros mismos, diríamos ¿Por qué ese personaje se esconde? Obvio Dios sabe dónde está y lo que hizo.


Veamos la parte en que Jesús le lava los pies a sus discípulos, ellos se quedaron atónitos, dijeron:¡Señor no! ¿Qué haces? No puedo dejar que hagas eso, ¡nosotros tenemos que hacértelo a ti! Jesús tuvo que arrodillarse para lavar sus pies, pero aún nos falta conocer más al Señor, imagina al Señor lavándote los pies, arrodillado frente a ti, nos sentiríamos muy incómodos, no podemos dejar que el vea nuestra suciedad y oscuridad, esto es demasiado para nosotros.


porque sabemos quiénes somos y lo que hemos hecho, los lugares donde hemos estado, pero


¿Qué podemos hacer si tenemos a un Dios tan humilde?

Y si, somos tan indignos de tanto, no merecemos nada, y él nos llega con todo, pero

¿Qué podemos hacer si tenemos a un Dios tan amoroso?

Y es que su amor no se compara, nosotros sabemos que no merecemos perdón, que ni nosotros nos perdonaríamos, pero la verdad es que, él casi que nos mata con su misericordia, es tanta que nos deja sin aliento, no lo podemos creer, que pecamos y pecamos y él sigue ahí, es increíble, imposible para nosotros, pero él nos mata con su misericordia, nos destroza con su amabilidad.


Esto al pensarlo me quebranta, esto me aplasta.


Decimos que lucharemos hasta el final, que lo perderíamos todo por él, prometemos que no somos como el resto, pero entonces es cuando canta el gallo y lo defraudamos y no podemos enfrentarlo, no podemos darle la cara.


Somos piedras frágiles, somos rocas que nos desmoronamos a sus pies, pero él todavía nos quiere, todavía nos llama, todavía nos ama, porque él cree que nuestro amor es real, aun con nuestro amor débil, todavía cree los votos que hacemos, que rompemos y hacemos, que rompemos y hacemos.


¿Qué puedo hacer con un Dios tan amoroso?

Solo creeré y dejaré que me ame.

MIQUEAS 7:19

Volverá a compadecerse de nosotros, hollará nuestras iniquidades. Si, arrojaras a las profundidades del mar todos nuestros pecados.


Porque no somos perfectos, pecamos pero al ser hijos de Dios, El nos da la fuerza y pelea nuestras batallas y así las ganamos.


Tener la convicción de dejar atrás el pecado que no nos permite continuar.


Al llegar a Jesús no dejamos de ser pecadores pero si al convertirnos en hijos podemos llegar y ser perdonados, dejar de pecar con frecuencia como el mundo lo hace, e ir perfeccionándonos cada día hasta llegar a ser como Jesús.

Efesios 4:13

Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.







 
 
 

Comments


Redes sociales:

  • Instagram
  • YouTube

©2019 por Influente. Creada con Wix.com

bottom of page